El trastorno de pánico es una oleada de miedo intenso que alcanza su máximo en cuestión de minutos. Produce síntomas físicos tales como: palpitaciones, sudoración, temblores, dificultad para respirar, molestia en el tórax, náuseas, aturdimiento, escalofrío y hormigueo.

También causa sensaciones de irrealidad, miedo a volverse loco o a perder el control, así como miedo a morir.

Tipos de trastorno de pánico

Hay dos tipos característicos de ataques de pánico: ataques de pánicos esperados y ataques de pánico inesperados.

Los ataques de pánicos esperados son aquellos en los que existe una señal obvia o desencadenante. O seas una situación o un objeto que el individuo sabe que anteriormente le ha producido un ataque.

Por otra parte los ataques de pánico inesperados son aquellos en los que no existe ninguna señal desencadenante en el momento en que aparece.

Pueden aparecer en situaciones de serenidad e incluso pueden comenzar mientras el individuo duerme.

Edad de inicio

La edad media de inicio de estos ataques es aproximadamente de veinte y tres años. Por el contrario estos son muy pocos comunes en niños y adolescentes, así como en personas mayores de 45 años.

Causas del trastorno de pánico

Estos ataques suelen estar influenciados por otros trastornos mentales o por eventos estresantes de la vida.

Las personas con experiencias de abusos sexual o físico durante su infancia son más propensas a sufrir de estos ataques de pánico durante su juventud.

Estos ataques se asocian con altos niveles de discapacidad social, ocupacional y física. Las personas que sufren este trastorno con frecuencia faltan al trabajo para presentarse a los servicios de urgencias sin tener ningún síntoma en específico. Esto puede provocar el desemple entre estos.

Ejemplo

Por ejemplo, la chica de 18 años que una noche normal mientras compartía con su familia comenzó a sentir que le faltaba el aire. De la misma manera empezó a sudar y a temblar, sentía que estaba fuera de su cuerpo observando como sucedía todo.

Refiere que tenía mucho miedo de que un demonio este tomando el control de su cuerpo. Ella en ese momento no podía hacer nada puesto que era solo una espectadora. De igual modo podía mirar la preocupación de su familia y como su cuerpo temblaba hasta el punto de desmayarse.

Cuando despertó solo podía recordar algunas cosas de lo que sucedió. Pero sabía que no entendía el porqué y sentía que habí perdido su salud mental.

A medida que pasaba el tiempo estos ataques se hacían cada vez más frecuente y en ocasiones se despertaba por medio de ellos.

Nunca pudo comprender que le causaba estos episodios hasta que comenzó a visitar a un especialista. Después de varias sesiones y pruebas el psicólogo le dijo que sufría de un trastorno de ansiedad. En específico ataque de pánico inesperado porque se presentaban sin previo aviso. Estos suelen ser mucho más complicados que aquellos casos que  tienen un factor desencadenante.

Las personas con éste trastorno son muy propensas a sufrir de otros tipos de trastornos. Entre estos los depresivos, bipolares, trastornos del control de los impulsos, otros trastornos de ansiedad y trastornos por consumo de sustancias.

Algunas personas pueden recuperarse de estos ataques sin ningún tipo de tratamiento.  En particular los que sufren de ataques de pánico esperados. Por el contrario otros necesitarán de la ayuda de un psicoterapeuta experto para poder sentir alguna mejoría.

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